lunes, 30 de septiembre de 2013

Chupi Lerendi

Calle Monasterio de Montesclaros 9, Madrid


Madrid 30 de septiembre de 2013,

He decidido acercarme para ver lo que realmente se cocía en este bar-restaurante de nueva apertura. Confieso que aún no tengo la imagen completa y que necesito más incursiones para poder opinar con más objetividad. Pero como mucho decís, esto no hay quien lo sufrague, así que os pido un poco de paciencia.

He llegado negativamente predispuesto por algunas malas críticas que han llegado a mis oídos. Al sentarme he decidido crearme una opinión personal y sincera. 

Inicialmente me he sentado en un barril gracioso que tienen en el exterior pero, dado que la terraza tiene techo, es sorprendentemente ruidosa y nada recomendable salvo que esté quasi vacía. Nos hemos sentado en una mesita interior y no me ha desagradado el estilo: sin más, ni muy cuidado ni muy descuidado y con algo de diseño. Me imagino que al estar dentro del local te tienen más a tiro pero no han tardado nada en atendernos ni en traer las viandas. Huevos rotos -por supuesto- con más huevo y más cocinado de lo deseado y unas patatas camufladas objetivamente escasas; el jamón tenía un pase. Tosta de secreto con brie: bastante grande, nada lujosa pero bien elaborada. El vino Valtravieso, marca que principalmente sirven, me ha enamorado. Es un vino muy aceptable a un precio razonable. Siento repetirme con esta premisa, pero es más que útil.

Me han chirriado un poco los dientes al oir a uno de los camareros entrar y berrear, tal cual, a los cocineros o al de la barra con la excusa, como el mismo les ha indicado, de que todos los clientes estaban fuera. Buen hombre, nosotros estábamos dentro y aún no fallamos de oído. Un poco bruscos y toscos los camareros pero agradables. Nos han preguntado varios y en varios momentos distintos, si estábamos a gusto y si nos agradaba la comida.

En líneas generales: buen vino, atención tosca pero correcta y comida correcta sin destacar en absoluto; terraza extremadamente ruidosa e interior pequeño. Merece la pena visitarlo para tener una opinión propia porque para gustos los colores.

Espero tener la oportunidad de volver pronto.


Un saludo,

    
                                                                                       El Chef Indiscreto



€€€€€
Opinión general 6,6

Configuración de la carta 7
Calidad de los alimentos 7,5
Apariencia del local 6
Servicio 6


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sábado, 28 de septiembre de 2013

Barra de Pinchos

Avda. Monasterio del Escorial, 26 · 28034 Madrid



Madrid, 28 de septiembre de 2013,

Hace muy poco he tenido la ocasión de probar uno de los locales de reciente apertura del barrio y venía con intención de valorarlo. Finalmente he decidido que no es buena idea. Todo en esta vida es mejor cuando se ve desde cierta lejanía, sobre todo temporal. Lo bueno, tal vez no es tan bueno; ni lo malo, tan negativo. Por ello y por que quiero que lo que aquí se escribe tenga un valor práctico real, me voy a uno de los restaurantes más tempranos de la zona. Dentro de poco volveré sobre el que os he mencionado, ganas no me faltan.

Desde 2010 Barra de Pinchos es una franquicia que tiene tres locales en Madrid. Por el momento el tono despectivo que acompaña a veces a las franquicias yo no se lo veo. El local está bien situado, accesible y decorado en estilo moderno. Como reza su nombre encontramos pinchos, tapas, raciones y hasta menú del día. Algún amigo me ha tildado de excesivo por decir que me gustaba mas de un par de veces. Y es que no todos los que nos dedicamos a la profesión sentimos la necesidad de comer en restaurantes de lujo cada día, gracias a Dios. Lo valoro positivamente porque, analizando todas las veces que he comido o cenado, siempre sé lo que me voy a encontrar: una calidad más que aceptable por un precio razonable. Recomiendo los huevos estrellados, una de mis debilidades. También hay que destacar la tarta de queso con dulce de leche pero te aconsejo indicar que no lo rieguen con sirope de caramelo, una costumbre en todos los postres. Ahora ofrecen un gran surtido de tostas que merecen mención. 

El servicio es bueno pero es espacio del local es reducido para la cantidad de mesas que hay. Tienes un poco la sensación de estar en la conversación de la mesa de al lado y con los camareros pasando demasiado cerca todo el rato.  

Lo definiría con un local de calidad constante, algo no tan fácil de encontrar como puede parecer, y precio y calidad razonables. Sitio para cenar con amigos y no rebanarte la cabeza ni la cartera.

Un saludo,

    
                                                                                       El Chef Indiscreto




€€€€€
Opinión general 7,1

Configuración de la carta 8,5
Calidad de los alimentos 8
Apariencia del local 6
Servicio 6


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martes, 24 de septiembre de 2013

Filandón

Carretera Fuencarral-El Pardo, (M - 612) Km. 1,9  Madrid

Madrid, 14 de mayo de 2016,

Es asombroso el tamaño que tiene este restaurante y lo difícil que es hacer una reserva. Eso ya dice bastante de un restaurante que lleva años abierto. Su secreto: calidad excelente de los alimentos, cantidades más que razonables y un precio adecuado. El pixín es uno de sus platos estrella, es un pescado primo hermano del rape hecho a la brasa, muy rico. La tempura con carabineros excelente. El pulpo de roca a la brasa un diez. La chuleta de vaca vieja sabrosa pero demasiado dura para mi gusto, recomiendo el solomillo. Los postres no destacan mucho ni por buenos ni por malos. El café, a tener en cuenta, muy bueno. El servicio atento y amable. Cuando hagas la reserva pedid que os pongan en una sala amplia de techos bajos, preferiblemente en la planta baja para evitar el eco y el exceso de ruido.

No dejéis de leer la primera valoración.

¡Nos vemos!

Un saludo,


                                                                                                   El Chef Indiscreto





€€€€
Opinión general 9,12

Configuración de la carta 9,5
Calidad de los alimentos 9,5
Apariencia del local 9,5
Servicio 8


Madrid, 24 de septiembre de 2013


He estado un rato pensando qué imagen sería más representativa para este restaurante y finalmente me he decantado por esta. Sin ánimo de sonar pedante, tiro de diccionario y te cuento que Filandón es una reunión nocturna de mujeres para hilar y hablar. Al leer la definición me ha cuadrado a la perfección con la imagen que se me ha quedado del restaurante. Pero en el Filandon hilan fino, ya sea en la cocina o en el diseño del lugar. Su localización está en un lugar un poco apartado y lúgubre; no se si iría a hilar ahí siendo mujer. También se puede ver el vaso medio lleno y aplaudir la tranquila y apartada localización en un entorno campestre a dos minutos de la ciudad. 

Lo ideal es ir en coche y dejárselo al aparcacoches, que te recibe entre dos fuentes de acero con troncos ardiendo. Ya la entrada dice mucho con tablones antiguos y forja. El diseño es impecable. Tiene una terraza única, sobre todo para familias o celebraciones. Es una pena que sólo reciban comidas o cenas, porque más de una vez habría tomado el aperitivo allí. Al pasar al interior ves por una enorme cristalera la cocina con unas grandes planchas donde se tuestan lentamente a la brasa colas de rape, lubinas, chuletones de buey... y te recibe un enorme bodegón de alimentos frescos. La estampa es verdaderamente inmejorable.

La carta es variada y creo que acertada. La presentación y calidad de los alimentos es sobresaliente. Los dueños lo son también de Pescaderías Coruñesas, conocidos por servir a la Casa Real. Si no me he informado mal lo regenta el yerno de los dueños a pie de cañón, como un camarero más, y eso se nota. Aconsejo cualquiera de los entrantes y el Pichín -cola de rape- a la plancha. El steak tartare está rico pero no destaca en exceso. Realmente el consejo es comenzar probando cualquier pescado a la brasa. Y como nadie da duros a pesetas, te duele el bolsillo cuando sales pero tienes el corazón y el estómago dando saltos de alegría.

La sala, si es que la perfección no existe... Los camareros van demasiado apurados, hablan entre ellos de manera que, en ocasiones, te corta la conversación. Me cuesta puntualizar esto porque es un restaurante realmente excelente pero vaciar los platos de los comensales en una mesa central que hay en la sala es algo completamente inaceptable, indecoroso y desagradable. Andar juntando los restos de todos los platos con el ruido que eso conlleva y la guarrería que es ver eso mientras que comes es del todo reprobable.  Ánimo al Filandón a encontrar otro camino para agilizar el servicio sin perjudicar al cliente. 

Totalmente aconsejable. Hay que tener en cuenta que hay que reservar con, al menos, una semana de antelación para asegurarte una mesa.

Ójala nos veamos pronto por aquí y te cuente que me he quitado esa espinita del servicio -porque la del precio me la llevo puesta-.

Un saludo,


                                                                                                   El Chef Indiscreto




€€€€
Opinión general 8,6

Configuración de la carta 9,5
Calidad de los alimentos 9,5
Apariencia del local 9,5
Servicio 6


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domingo, 22 de septiembre de 2013

Gin Table Bistro

Avenida Monasterio de El Escorial 24, 28049 Madrid

Madrid, 22 de septiembre de 2013

Es divertido ver cómo va creciendo el barrio. Cada vez que alguien ocupa un local y comienza a reformarlo todos nos preguntamos qué será y empiezan las cábalas. Cuando vi la enorme cristalera que estaban colocando en el Gin Table pensé que era una gran manera de aprovechar esa altura tan peculiar que tienen muchos locales de la zona. Tuve la oportunidad de conocer el Bistro mientras lo reformaban y, a todas luces, es el local con más diseño de Montecarmelo. Está cuidado hasta el último detalle, tiene un ambiente único y recogido ayudado por sus reducidas dimensiones.

Fui con unos amigos, un grupo de siete, y nos atendió el dueño. Atento y dispuesto aún tiene que curtirse más en la profesión, se nota que viene de otro campo. Ser camarero no es moco de pavo y, aunque la intención con la que se trabaje es clave, importa mucho la experiencia y el dominio de la sala. 

La carta es interesante y bastante completa; principalmente hamburguesas y guarniciones. Está muy bien cocinada y mejor presentada, muy original y elegante. Pero -desgraciadamente nos ronda un pero- las hamburguesas no incluyen las patatas y, además, son muy pequeñas. Cierto es que soy de buen comer pero, si estoy cenando, una hamburguesa debería ser suficiente. Aquella vez que visite el local en obras charlé un rato con el dueño que me comentó que aún no había marcado los precios. Habló de dar calidad superior a precios bajos. Todos tenemos sueños. La realidad es que para sufragar ese negocio con esa estructura y calidad tenemos que hablar de hamburguesas a doce euros con patatas incluidas -que creo que es lo que debería ser- y no a minibocados a seis y medio y sin una mísera patata.

Abordando el Gin del Table, les diré que leen a un bebedor de tónica desde los seis años. Así que, ahora que los supero de largo, disfruto enormemente del gintonic. He probado muchas ginebras y tónicas. Entre mis favoritas Hendrik's, por supuesto, y como tónica Fentiman's y, sobre todo, Britvic, la que bebe la reina de Inglaterra. He llegado a pagar barbaridades por un combinado hasta que he descubierto que si encuentras el equilibrio entre tu paladar y tu bolsillo es cuando más disfrutas. Os animo a probar la Seagram's con la tónica Schweppes de toda la vida y un poco de piel de limón. Y qué mejor ambiente que el cool Gin Table Bistrot de Montecarmelo.

Un saludo,


                                                                                              El Chef Indiscreto 





€€€€
Opinión general 7,5

Configuración de la carta 7
Calidad de los alimentos 8
Apariencia del local 9,5
Servicio 5,5

sábado, 21 de septiembre de 2013

El Cucurucho

Calle Monasterio de las Huelgas 19 28049 Madrid

Madrid, 21 de septiembre de 2013

Llevo un rato rumiando qué establecimiento elegir para el siguiente post y finalmente me he decantado por éste. Y me ha costado porque, al contrario de lo que pudiese parecer, preferiría tener sólo buenas palabras y piropos por doquier. Pero como bien sabe la ley de la oferta y la demanda, no siempre puede ser así. Aún y todo, cualquier crítica que aquí pueda verter será siempre constructiva, con afán de cambio y mejora, para que todos podamos disfrutar del esplendor de todos los restaurantes, bares y tiendas gastronómicas.

Aclarada la tensión y el nerviosismo que me provoca esta situación, no creo que os sorprenda el texto que vais a leer. Cuando quitaron el Caja Madrid de esa esquina pensé "es el mejor emplazamiento de la zona, si lo hacen bien se van a forrar". De la noche a la mañana levantaron un bar-restaurante con diseño, Heineken bajo el brazo y una pinta increíble. Como curiosidad, su nombre es un guiño al primer bar que hubo en la colonia de Mirasierra. De aquella premisa que pensé nada más verlo le fallan el bien y el forrar. Lo veo vacío a diario o con muy poca gente. Y es que cuando algo falla el cliente lo nota y no repite. Ahora mismo tenemos una oferta voraz en el barrio lo que fuerza a todos estos establecimientos a dar el 150% para atraer al cliente. Creo que esta competencia es buena porque fomenta la calidad y el buen servicio.

Y ahora es cuando por fin me explico. Fui a tomar algún botellín -sin vaso, me encanta- para ver el interior del local y el ambiente. Bonito, agradable, con diseño, cuidado...Ni un pero. Volví para el desayuno; curioso que, varias veces, a las diez de la mañana se les hubieran acabado las naranjas, pero el mollete y el café buenos y bien de precio. Le vi las orejas al lobo cuando un día pedí una tapa de jamón ibérico y vino cortada a machete y con dos minipanes que ni en Lilliput. Y llego el día de la verdad: fui a cenar. Habitualmente cuando voy a un sitio pido platos sencillos y típicos porque si los básicos están bien asentados, normalmente no te llevas sorpresas. Total, huevos rotos con jamón, croquetas, anchoas de Santoña con cristalino de tomate y realmente no recuerdo que más. Las croquetas, pasen. Los huevos estrellados con huevo escalfado en vez de frito y patata cocida, además de estar regulín de sabor, me parecieron un crimen. Pero lo que no tiene nombre son las anchoas que, tal vez, en otra vida pasaron de largo por Santoña; y el cristalino era un puré de tomate con demasiada gelatina que mas bien parecía plástico. Siento ser tan claro y concreto pero no encuentro medias tintas en estas descripciones. Y lo que más me duele es el precio porque, si es barato, tal vez hasta no me importe pero, con esos precios tienes que dar la calidad que prometes con el nombre.

El servicio, mal asunto y discordia en la mayoría de los restaurantes y bares. Cambia tanto y tan a menudo en este establecimiento que no me atrevo a valorar ni lo que conozco. En mi opinión sincera hay que buscar el beneficio en satisfacer al cliente; algo que a corto plazo no es tan rentable pero que con el paso del tiempo es siempre la opción más inteligente. Si contratan a un cocinero que sepa lo que se hace; cumplen lo que reza la carta y su precio o cambian el menú; cuidan con mimo la sala y a los que la pueblan, otro gallo cantará.

Animo a El Cucurucho a que se reinvente, coja la tangente y despierte como el gran negocio para el que fue concebido. Nos vemos pronto.

Un saludo,


                                                                                          El Chef Indiscreto 



€€€€
Opinión general 6

Configuración de la carta 5,5
Calidad de los alimentos 5
Apariencia del local 8,5
Servicio 5


Q'Deleite

Av del Monasterio de Silos, 22, 28034 Madrid

Madrid 18 de Julio de 2014,

Me habría gustado no tener que añadir peros a lo que dije en septiembre, pero no quiero caer en favoritismos por mucho que me guste esta idea de negocio. Con la apertura de la terraza se ha hecho más acusado el tiempo de espera que, en nuestro caso, llegó a una hora para una tosta y un plato de quesos. Eso sí, primero nos bebimos la botella de tinto acompañada por algunas tapas de cortesía. Si el negocio crece la cocina también debe hacerlo así como la mejora de la organización haciéndola más eficiente.

Animo a los dueños a que se reorganicen y destaquen de nuevo con este agradable e interesante modelo de negocio.

Un saludo,

                                                                                                El Chef Indiscreto
€€€€€
Opinión general 7,25

Configuración de la carta 8,5
Calidad de los alimentos 8,5
Apariencia del local 8
Servicio 4




Madrid, 21 de septiembre de 2013

Tal vez sea porque me trae recuerdos agradables de tiempos pasados pero Q'Deleite me enamoró el primer día que fui. Entre tienda gourmet y cheese&wine bar te permite descubrir estos mundos con un acierto cuando menos sorprendente. Lo que más llamó mi atención fueron las tablas de quesos que, por seis euros, te permiten probar hasta seis quesos. Claro está que por ese precio las cantidades son pequeñas, pero en absoluto escasas para el fin que se busca: descubrir nuevos quesos y sabores sin el compromiso de tener que comerlos durante una semana por haber comprado una pieza. Vienen presentados en un platito de pizarra con frutos secos y pasas; al ser trozos pequeños invitan a la degustación y el disfrute de todo su sabor. 

Algo que me había costado  encontrar por la zona era una copa de vino bien servida, a saber: copa limpia sin olores, vino ni caliente ni helado y una relación calidad precio interesante. Las copas no las llenan demasiado lo que hace que el precio no suba siendo vinos más que respetables. Por ello, si vas a tomar más de dos copas -siendo dos personas- creo que compensa que te recomienden un vino por debajo de los diez euros incluido el descorche -los hay y merecen la pena-. 

Las ensaladas, tostas, raciones y postres tienen una calidad y cantidad también interesantes pero tal vez no embelesan per se tanto como el vino y queso. La tienda gourmet la cato poco a poco y, por el momento, me llevé el mejor queso del mundo, así como suena, campeón del mundo absoluto en el 2012, manchego. Muy rico, pero claro, por ese precio, más le vale.

El local tiene más luz de la que me gustaría aunque una decoración cuidada. Es una pena que no hayan podido abrir terraza este verano, me quedo con ganas de disfrutarla. El servicio es agradable aunque se nota que aún se están haciendo con el joven negocio. Los propietarios están detrás de la barra y aportan fiabilidad a la aventura; da gusto ver al inversor al pie del cañón sabiendo lo que se cuece.

Volveremos sobre este interesante pedacito de recuerdos porque, a todas luces, tengo intención de repetir y volver a contaros por donde -creo que- les da el aire.

Un saludo,

                                                                                                El Chef Indiscreto



€€€€€
Opinión general 8,12

Configuración de la carta 8,5
Calidad de los alimentos 8,5
Apariencia del local 8
Servicio 7,5

viernes, 20 de septiembre de 2013

El Mordisco

Av. Monasterio de Silos 20  28049 Madrid


Madrid, 20 de septiembre de 2013

Después de más de 5 años en el barrio por fin un restaurante ha despertado mis sentidos y me ha sacado un "ya era hora". Han aflorado las ganas de compartir con todos vosotros mis impresiones descubriendo los locales de restauración del barrio de Montecarmelo. Llevo un tiempo buscando un lugar donde tomar una ración de bravas, placer de los placeres, y no ha habido manera. Cómo, os preguntareis, alguien dedicado al mundo de la gastronomía puede soñar con una ración de bravas. Y a los hechos me remito: en cualquier conocimiento se empieza de abajo a arriba. Con el sentido del gusto es igual, la simplicidad de algo tan delicioso como unas buenas bravas y una bebida fresquita es algo que, en la mayoría de las salidas informales, te da la vida. Sin olvidar que también le da la vida a tu bolsillo porque no se vosotros pero cuando leo "crujiente de patata con gota de ali-oli y perlas de zumo de perejil con ajos confitados a la trufa" me duelen el bolsillo y el estómago -de hambre- a partes iguales. Olé a "El Mordisco" por incluir rabas, bravas, morcilla y otras tantas tostas y raciones como Dios manda. Por el momento sólo he probado algunos platos pero he de decir que el solomillo con brie me ha enamora -y no soy mucho de cerdo-. El flan de queso es único y sorprendentemente sabroso.

Estuve hace unos años y, sinceramente volví por una recomendación más que por iniciativa propia. No sin miedo descubrí que algo ha cambiado; bien gerencia, cocina o ambos pero aplaudo el cambio y les animo a seguir en esa dirección.

La terraza el agradable aunque confieso que hacía una noche espectacular. Se agradece que hayan cambiado esas sillas mortificantes que debieron regalarle sus peores enemigos para espantar a la clientela. Aunque a priori no atrae el diseño me quedo con que se ve compensado por la calidad de la cocina.

El servicio. Pues efectivamente merece un punto y a parte porque la cocina y la sala son como las las mujeres y los hombres, de Venus y de Marte. En la cocina sufres por sacar los platos a tiempo y, cuando lo tienes gritas "Paco!Listo!" y claro, Paco oye "Paco!Pisto" y sigue con lo suyo porque nadie ha pedido pisto. Si saber que el pobre camarero no se ha enterado el pobre cocinero empieza a incendiarse. Y cuando el plato ya está frío y es susceptible de ser lanzado por los aires -temperamento que muchos cocinero compartimos al topar con la frustración- Paco se acerca y dice "Qué, tienes las bravas o qué". Fuego, claro, incendio. Pero esto era simplemente una ficción para explicarme bien. Si el servicio es correcto, es decir, en el límite del bien y del mal más tirando al mal, se puede ver compensado por la buena voluntad del camarero y/o los gerentes. En este caso suplieron con bastante soltura las lagunas que había en este terreno. Definitivamente me he quedado con ganas de probar más carta y darle a Paco el beneficio de la duda.

Un saludo,

                                                                                              El Chef Indiscreto


€€€€€
Opinión general 7,25

Configuración de la carta 8,5
Calidad de los alimentos 8,5
Apariencia del local 6
Servicio 6

Me presento


El Chef Indiscreto

Mi nombre es, como bien habéis leído, el Chef Indiscreto. Me dedico hace ya casi una década al mundo de la restauración y he tenido la fortuna de conocer numerosas cocinas del mundo. Como Chef Ejecutivo de una empresa de restauración disfruto de mi profesión de tal manera que difícilmente puedo separarla de todo mi yo. Cuando uno tiene un amor profundo por algo y cierto grado de conocimiento observa de manera natural cosas que al ojo inexperto se le escapan. Eso, en mi caso concreto, es una pequeña tortura y se transforma en un -me vais a disculpar la licencia- quisquillosismo restaurantil

Montecarmelo es un barrio joven y en constante crecimiento y los locales gastronómicos tales como restaurantes, tiendas gourmet, comida pre-elaborada para llevar, heladerias... proliferan por doquier. A falta de una fuente fiable con opiniones suficientemente argumentadas, decidí ir probando cada local para formar mi propia opinión y poder así elegir y acertar cuando la situación lo requería. Es decir, si voy a cenar con mi medio limón, exploro; si voy con amigos y quiero un ambiente relajado y agasajarles, hago uso de esa opinión y escojo en consecuencia. Ahora también escribiré opiniones de restaurantes de Madrid, ¡se aceptan sugerencias!

Sin ánimo de otorgarme un crédito que no merezco, tan sólo busco que mi opinión os pueda valer, bien sea como útil, entretenida o base de una amena conversación en la que me ponéis a caldo. En todas esas situaciones estaré agradecido de haber formado parte de algún momento de vuestras vidas.

Un saludo,

                                                                                                      El Chef Indiscreto