miércoles, 23 de octubre de 2013

Rita Siba Rita

Calle Monasterio de las Huelgas 9, 28049 Madrid


Madrid, 23 de octubre de 2013

Como un día cualquiera el otro día fui a probar este local con mi medio limón. Sinceramente no esperaba mucho del antiguo London que, por aquellas épocas, logro espantarme sobremanera. Fuimos casi por inercia, por dejarnos caer por la cuesta de Monasterio de las Huelgas y ver que se cocía por el edificio Heineken.

Al entrar he oído a mi conciencia que me ha dicho es importante estar al día. Y es que, por mucho que pueda parecer, tener una mala percepción de un sitio hace que me sienta mal por los dueños del local y por los clientes que acuden. No se el resto de, llamémoslo, valoradores sienten placer al acribillar a un local; yo personalmente desearía poder hacer algo por los que cojean y disfruto con los que triunfan como el que más.

El cambio del local es radical. Como alguien de mi entorno diría, es muy cool. Realmente el diseño está muy cuidado. Puede parecer un pelín cursi pero, llevando el nombre de Rita en la entrada, no sorprende en absoluto. Al entrar hay una zona a la derecha con dos Chester que gritan Gin Tonic. Me encanta. La madera, el metal y el azulejo están completamente integrados en un ambiente muy bien aprovechado y lleno de detalles. Pero claro, el diseño no lo es todo...

El servicio también destaca, tal vez por formarlo un personal no tan habitual. Sobre todo son chicas jóvenes muy afanosas al abrigo del que parece el manager del local. No por el chicas ni por el jóvenes sino porque, el hecho de que todos los camareros tengan un patrón, da cierta sensación de estabilidad. Muchas veces el servicio maraca el tono del local y, en este caso, el todo es agradable. Todo el mundo parecía muy entregado a sus labores y no encontré a nadie pelando la pava -raro al haber pasado el rush hour-.

Nos atendieron en un visto y no visto y cayeron a nuestra mesa una ensalada Caesar y una fabada. Buenas ambas. Luego una lasaña y pollo empanado. Buenos igualmente. Ni exquisito ni indecente. Bueno, y por once noventa y nueve, bueno bueno. El postre cojea como siempre, casi pasar al cafe.

En resumidas cuentas un local agradable, con el servicio cordial y rápido, limpio y ordenado y con una cocina razonablemente buena por el precio que marcan. Como siempre te diré que no hay nada como crearse una opinión propia así que te animo a que te dejes caer y me cuentes.

Un saludo,

                                                                                                El Chef Indiscreto



€€€€€
Opinión general 8,1

Configuración de la carta 7,5
Calidad de los alimentos 8
Apariencia del local 9
Servicio 8


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martes, 15 de octubre de 2013

Monte Astur

Calle Monasterio del Escorial 24, Madrid

Madrid, 14 de mayo de 2016,

Tenía pendiente actualizar esta entrada. Cerro hace ya más de un año, perdonad el retraso!


¡Nos vemos por el barrio!

Un saludo,


                                                                                   El Chef Indiscreto


Madrid, 15 de octubre de 2013,

Este local creó gran expectación cuando definitivamente abandonaron la idea de supermercado y los nuevos propietarios comenzaron a abrir huecos para ventanas. Es bonito ver como crece y evoluciona un barrio. Finalmente un día se pudo leer de qué se trataba: una sidrería. Chapó. Verdaderamente no hay un bar-restaurante de estas características en la zona. No se qué me pasa que los lunes siento especial predilección para cenar por ahí; me topé con Monte Astur cerrado, claro, unos cuantos lunes. Al final me lancé en plancha un laborable cualquiera a probar el menú del día. Es cierto que cuando las expectativas son muy altas el riesgo de batacazo es grande. 

El local está muy conseguido, con dos ambientes: uno en la barra, amplio agradable y otro en la sala, con las mesas acertadamente separadas. Todo iba bien. La tapa fueron cuatro míseras lonchas de chorizo sin pan -toda una sorpresa- pero un chorizo delicioso, eso sí. Pedimos a una camarera muy agradable. Mientras esperamos la comida degustamos una botella de sidra, demasiado fría pero es agradable dejar por un momento el vino y la cerveza y cambiar de registro. Nos trajeron  la empanada -aceptablemente rica- y pote asturiano -sorprendentemente insulso-. No me gusta ser demasiado concreto con situaciones negativas porque nunca sabes qué las ha provocado, pero hoy haré una excepción en aras de mi propia liberación; concédeme esa licencia. Pedí sal en un intento de darle al pote la vida que necesitaba -eso solo lo arregla otro pote bien hecho, por desgracia-. Cuál fue mi sorpresa cuando la chica grita "Paco, El salero" -con mayusculas porque sólo había uno en todo el restaurante-. Y llega ese salero morado sin sodio que venden en mercadona, el mismo que viste y calza. Curioso. Total, terminamos y nos recogen los platos. Por venir un solomillo y magro de cerdo. Esperamos. Y esperamos. Y esperamos. Treinta y cinco minutos de reloj en llegar el segundo plato. Mencionar que sólo había otros diez clientes en el restaurante. Entre mil disculpas de la camarera con una excusa clasica viene un sabroso y bien cocinado solomillo de más de veinte euros -ya podía estar bueno- y el magro de cerdo, una suerte de carne estofada nada magra en su consecución. De postre sandía. Nos invitaron a la botella de sidra por las molestias. Se agradece pero, en este caso, un martes cualquiera uno no dispone de tiempo suficiente como para que se lo roben en el restaurante. 

Como no quería valorar en caliente he dejado el tiempo pasar; e incluso me he obligado a volver, a pesar de la intoxicación alimentaria que sufrimos mi acompañante y yo por mencionada comida. Esta vez la idea era probar las tostas en la barra a ver si tenían un poco más de tino. Al entrar nos inundó un olor a pub de borrachos y fregona sucia indescriptible. Nos saludaron desde la barra unos kilos de gambas que, allá por la mañana, debían posar en hielo en vez de hundirse en agua dudosa. Al abrir la carta, cuál es mi sorpresa, cuando sólo hay raciones y bastante caras. Me vas a disculpar por que no tuve estómago, ni ganas, ni dinero de sobra para tirarlo. 

Creo que el local está muy bien planteado pero la higiene, la organización y la gestión necesitan una o dos vueltas de tuerca.

Si me has leído sabes que, habitualmente, animo a probar los sitios para tener una opinión propia. Para este local lo dejo enteramente a tu buen juicio pero no tengo corazón para incitarte.

Eso sí, animo a Monte Astur a reconducir esas deficiencias y ser el gran local que proyectaron.

Un saludo,


    
                                                                                       El Chef Indiscreto



€€€€€
Opinión general 4,75

Configuración de la carta 5
Calidad de los alimentos 3
Apariencia del local 5
Servicio 6


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miércoles, 9 de octubre de 2013

Tate's

Monasterio del Escorial 26, Madrid

Madrid, 9 de octubre de 2013,

Una imagen nada gastronómica pero evocada por las fotografías de coches y carreras del restaurante; habrá sido el subconsciente...

Esté local lleva ya muchos años en el barrio y, sin duda, he tenido ocasión de degustar gran parte de su carta. Había oído alguna que otra opinión encontrada y me preguntaba si habría cambiado con respecto a las últimas veces que lo visité. Nunca ha destacado, creo yo, por ser un magnifico restaurante, pero si lo ha hecho por servir hamburguesas deliciosas a precios igualmente deliciosos. Por seis euros y medio tienes una hamburguesa de tamaño considerable con patatas y todo. La carne, certificada, es buena y se nota. Los postres no son nada del otro mundo así como las guarniciones pero no es tan fácil comer rápido, bien y barato en muchos locales.

Tal vez lo que tira para atrás es, en primer lugar, el local. Demasiado iluminado y con aires low cost refleja un poco el por qué de unos precios asequibles -preferible es que cojee la decoración que la calidad-. El servicio es bastante inexperto y no parecen muy contentos. Cuando el personal está a disgusto, se nota. Hacen comentarios, hablan entre ellos... Pero por casi ese precio en Mc Donal's te llevas tú la comida a la mesa, así que no voy a pedirle peras al olmo.

Mi conclusión es que sigue siendo el local que conocí, con sus más y sus menos, con sus limitaciones y sus aciertos. Merece la pena probar una buena Super Tate's y dejar que el estómago decida por sí mismo.

Nos vemos por el blog.


Un saludo,

    
                                                                                       El Chef Indiscreto



€€€
Opinión general 6,5

Configuración de la carta 8
Calidad de los alimentos 8
Apariencia del local 5
Servicio 5


Image from: FreeDigitalPhotos.net

La Retahila

Avda. Monasterio del Escorial 10-12, Madrid

Madrid, 9 de octubre de 2013,

Con cierta vergüenza diré que he tardado más en encontrar una imagen para esta entrada de lo que creo que voy a tardar en escribirla. Procuro que todas las imágenes que escojo reflejen de alguna manera la sensación y esa imagen que me provoca el local al conocerlo. La Retahíla evoca aires andaluces acompañados por una exquisita cerveza gallega.

He tenido el gusto de probar el local en varias ocasiones pero prefería añadir una experiencia más cercana en el tiempo para no alejarme de la realidad. Mi ideal global no ha cambiado mucho: bar-restaurante para tomar raciones con cierto presupuesto. No abundan las tostas así que, o te limitas a un par de raciones o se te va el presupuesto si quieres hincarle el diente a una imagen global de la carta. Los huevos rotos, termómetro que me gusta usar para este tipo de locales, estaban francamente conseguidos: patata patata -repito patata porque no siempre es fresca-, huevos en su punto y paletilla ibérica sabrosa y en cantidad suficiente. Como ya he dicho en otras ocasiones, si en lo básico triunfan es posible y probable que lo hagan el lo complejo. La cerveza Estrella Galicia que tiran es muy recomendable, cada vez la vemos en más locales. El vino tinto muy frío, demasiado, pero aceptable en sabor. He de admitir que, aunque tiran mucho de freidora -no siendo yo nada de fritos-, lo hacen bien para es que disfrute de este tipo de comida.  El menú del día no llama mucho la atención pero no por ello hay que olvidar que lo sirven.

El local está decorado con tino, con azulejo y tintes sureños. Muy pequeño en la planta baja no permite más que algunos taburetes, un tanto incómodo, principalmente si hay mucha gente. La planta superior la abren para comidas y cenas pero no para tapeo; personalmente lo veo infrautilizado. La terraza, por supuesto, agradable en días agradables.

El servicio es agradable aunque a ratos un poco despistado. No desmerece pero tampoco destaca.

Nada desdeñable, creo que merece la pena acercarse para tener una opinión propia.



Un saludo,

    
                                                                                       El Chef Indiscreto



€€€€€
Opinión general 7,1

Configuración de la carta 7
Calidad de los alimentos 8
Apariencia del local 6,5
Servicio 7


Cuadro de Gloria Abellan Romero